Creo que estoy como en una
crisis no sé de qué edad, si una de los 30 tardía o una de los cuarenta
adelantada, pero en una crisis claramente estoy. Tampoco es cuestión de obsesionarse
con los números pares, bien podría ser una crisis de la edad exacta que tengo, que
no es ni 30 ni 40, eso seguro, pero vaya uno a saber cuál es. Últimamente mi
madre se ha obstinado en sumarme años de edad. Es como si cada tres o cuatro años
a ella se le antojara contar de a dos en vez de a uno. Así, pasé de los 28 a
los 30. Creo. Porque en realidad no estoy seguro de haber atravesado por ninguna de esas edades. Supongo que
tampoco tuve infancia o, al menos, no la recuerdo. Debo haber pasado,
seguramente, de feto a anciano. En fin, hasta tanto no pueda saber con exactitud
la edad que tengo no voy a poder determinar con igual exactitud si lo que estoy
viviendo es una crisis o no es una crisis. Por el momento, voy a mantenerme
alerta a los indicios que me puedan ayudar: algún ataque de llanto inesperado e
inexplicado, el surgimiento de nuevas e inéditas canas, el incremento de las
poluciones nocturnas, entre otros.
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