Este
es el capítulo del narrador omnisciente que no quiere ser narrador
omnisciente porque meterse en la cabeza de todos los personajes le
genera mucha angustia y él preferiría meterse, más bien, en otros
lados de los protagonistas, como por ejemplo la boca o el ano. Y
cuando digo meterse estoy hablando de una parte en particular del
cuerpo que vendría a ser, un decir, el dedo índice, el puño, el
pene, el pie derecho. El problema es que el narrador omnisciente,
como tal, no tiene ni dedo índice, ni puño, ni pene, ni pie
derecho. En general, no tiene cuerpo porque por eso es omnisciente y
se puede meter sólo en la cabeza de los personajes y no en las otras
partes. Así que los autores que son dos no saben muy bien cómo
solucionar este conflicto que, por otra parte, tampoco califica como
conflicto en sí sino, más bien, podría decirse que se trata de una
pelotudez. Pero que igual no saben cómo resolver.
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