Este
es el capítulo dieciséis de las aventuras de natilio, una novela
escrita en colaboración por los autores que son dos. En este
capítulo tenemos la anagnórisis que vendría a ser cuando los
personajes descubren que en realidad son hermanos y por eso no pueden
llevar adelante su historia de amor carnal, bestial, animal, amor
como yo lo concibo, sin refinamientos de ninguna especie etc. El
problema es que no sabemos muy bien cuáles son los personajes que
descubren que son hermanos, si son Juan y su tía que en realidad son
hermanos o Juan y Pedro o Juan y el personaje que cuando la vendamos
para el cine lo iba a hacer natalia oreira pero no nos acordamos cómo
se llama. Lo mejor va a ser que Juan y Pedro sean en realidad medio
hermanos, pero el problema es que ellos en realidad son antagonistas
y no enamorados así que no tendríamos el peligro del incesto que
acecha como un mito de edipo, a no ser que tengan una aventura
amorosa o, mejor, que Juan tenga una aventura amorosa no con Pedro
sino con el hermano-gemelo-idéntico-malvado-perdido-al-nacer de
Pedro (aunque ya de por sí Pedro es malvado porque es antagonista
así que el gemelo en realidad sería el malvado del malvado, o sea,
que sería por cancelación el bueno y por eso tiene una relación
pasional con Juan que es el bueno porque es el protagonista, pero eso
no es amor, es deseo, frenesí, locura) que vendría a ser también
medio hermano de Juan y su tía, doña Victoria, que en realidad
también era la hermana gemela de los dos.
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