jueves, 14 de julio de 2011

Una novela escrita con la punta de la chota. Capítulo Siete.

En el capítulo anterior no pasó nada y en las últimas semanas se me quejó todo el mundo porque decían que los engañé con un capítulo en el que no pasaba nada y me vinieron a decir que tengo influencias de Macedonio Fernández. Pero eso lo dicen porque esta novela que yo estoy escribiendo y vos estás leyendo al principio se iba a llamar Museo de la novela de la poronga enmierdada. Lo que pasó fue que el título me limitaba mucho porque me pareció que no podía escribir toda una novela sobre una poronga enmierdada. Debería haber tratado enteramente sobre las aventuras de una poronga enmierdada, narrar cómo se enmierdó, las vicisitudes que tuvo que pasar debido a su enmierdamiento, los sucesivos intentos sin éxito de desenmierdarse hasta, finalmente, darse cuenta súbitamente como por insight gestaltiano o como en la anagnórisis que viene después de la peripateía aristotélica de que prefiere seguir siendo una poronga enmierdada con todas las letras y toda la mierda y no sacrificar la enmierdadez en pos de ningún beneficio pequeño-burgués. Y mucho más no tenía para contar. En cambio, con este título que tiene esta novela que efectivamente estoy escribiendo que es una novela escrita con la punta de la chota, se hace referencia a un modo de escritura y no al contenido de la misma, así que puedo escribir sobre cualquier cosa, siempre y cuando lo haga con la punta de la chota que es como estoy escribiendo ahora. :)

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