El
encuentro entre ambos y la atracción resultante de la entrevista harán que Juan
quede cautivado por la sensualidad, la frescura y el carácter de Pedro, y se
inicie una relación sentimental entre ellos. El mundo inocente y enamoradizo de
Juan se romperá al descubrir que el otro esconde una cara oscura y sombría,
unas inclinaciones sexuales dominadas por el sadismo y la sumisión, los dildos
de dos puntas, los ratones desinfectados o no desinfectados, las camas
masoquistas y los contratos sexuales. A esta altura, ya vamos por las cincuenta
y dos sombras de Anastilia y Natilasia, que es la narradora de estas sombras,
que vendría a ser Juan, y no sabemos por qué están así, en futuro, cuando es
algo que ya ocurrió, que pasó recientemente, que acaba de acaecer. Sorprendido
pero emocionado, Juan vacila: ¿quizás es demasiado?, piensa, ¿Qué hará mi
tía-Victoria cuando se entere? Pedro, en cambio, no vacila. Lo que importa es
que ya están embarcados en una aventura atrevida y llena de pasión física y
sexual que atrapa a la ama de casa y al bolsillo del caballero despertando la lívido
y truculencia pero, ahora sí, usando el tiempo presente de la conjugación,
regular, irregular o deponente, de modo de tratar de convencer nuevamente a
Julia Roberts, que sí vacila, para que haga el personaje de Francella, que es
Kate, que sintetiza también a los personajes de Pablito Rago, de Oreiro y de
Mercedes Morán (o era Soledad Villamil?), aunque vacile.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Recortar en la línea de puntos
..................................