Y
bueno, me dice, y bueno. No me gusta tu cara, le digo. Y bueno, me
contesta el tarado. Qué se supone que significa y bueno. No es nada
y bueno, no significa nada y bueno. Ese Juan es un pelotudo que ni
siquiera puede contestar algo que no sea y bueno con esos bracitos
flaquitos y esa panza de cerveza y bueno me dice el imbécil. ¡Cómo
y bueno! ¡¿Y además quién se piensa que es para decirme y bueno y
aparte y bueno?! ¡Con esos bracitos! Sin estos biceps, miren chicas
mis biceps mis músculos los biceps y los triceps y los cuadriceps y
los otros de las patas que no sé cómo se llaman pero miren cómo se
me marcan, cómo se me traban, soy el más musculoso del circuito de
treinta y dos. Cómo me va a contestar y bueno con esa cara que no me
gusta, a mí, con estos músculos todos aceitosos, hinchados y
lustrados, chicas. Ahora hago unas flexiones de brazos así me miran
todas y se llevan los folletos y vienen esta noche a escuchar mi
poesía y embelesarse con mis músculos. Mirame mirame mirame cómo
subo y bajo haciendo barra, subo y bajo, bajo y subo en esta barra de
calle treinta y dos mirame estas dominadas en barra fija arriba y
abajo arriba y abajo. Y bueno me dice con ese cuerpito flacuchito ese
cuerpecito cuerpitito tan que da lástima me va a venir a decir y
bueno a mí. No se la voy a dejar pasar por alto, y encima quiere
ahora venir a hacer poesía, a participar, con esa cara, con ese
cuerpito, de los recitales de poesía, pasarme por alto a mí, a mí
con estos músculos, mirame, hola, sí, chicas, mírenme, mírenme,
mírenme, miren cómo subo y bajo subo y bajo en la barra fija,
mírenme cómo me transpiro y me caen las gotas por los pectorales y
por la espalda mientras subo y bajo, bajo y subo y me caen las gotas
y me mojan el short, miren cómo me marca bulto este short, mirá qué
pedazo de bulto. Y bueno me dice, tarado, con ese cuerpito, poesía,
con esa cara, y bueno, poesía, con ese, y bueno, cuerpito, y bueno, va a
recitar poesía?, chicas, vamos, agarren este folleto, no se hagan
las estrechas que yo sé cómo les gusta la poesía, así les gusta
la poesía. Lo odio. Miren cómo se me marca a mí el bulto
gigantesco monstruoso que las invita a agarrarme el folleto mientras
lo odio a ese Juan que debe tener una pijita chiquitita y se cree
buen cocinero. Yo podría cocinar mejor que él si no dedicara mi
vida a la poesía, al arte, a cultivar el cuerpo, porque no se puede
ser un buen poeta si uno no tiene unos músculos así para mostrarse
acá en calle treinta y dos, en una calle, a recitar poesía. La debe
tener chiquita ese Juan, miren chicas cómo se me marca el bulto a
mí, que les alcanzo el folleto del recital de poesía de esta noche
con la poronga como si fuera una manito, esta poronga en vez de un
ojito tiene unos deditos porque es una manita que te invita al
recital de esta noche y te da al folleto y un apretón de mano, que
más que manita es una manota, manotota, manototota, manosota,
manotasa que te mira con el ojito y te apunta al corazón, a la
entraña sensible que se conmueve con mi poesía. Y bueno, la debe
tener chiquita, debe ser un porotito la pijita de Juan un canapé un
manicito un chizito una cosita chiquitita que da lástima como todo
Juan que da lástima. Y bueno, no me gusta tu cara, Juan. Y bueno,
con ese cuerpito que tampoco me gusta tu cuerpito, Juan. Y bueno, con
esa pijitita chiquita. A quién le querés ganar con eso. Y bueno.
Tampoco me gusta tu pija, Juan. No. Tu pija no. Y bueno.
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