lunes, 7 de septiembre de 2009

Mi madre es Kathleen Turner. Por Gladyc.


La primera vez que vi Serial Mom (Mi madre es una asesina serial, o Los asesinatos de mamá o Las locuras de mamá o Ten cuidado con mamá) supe que Kathleen Turner era mi madre. La escena inicial en la que la familia desayuna y hay una mosca dando vueltas y la Turner se desespera, agazapada, paleta aplastamoscas en mano, con la concentración de un gato frente a un gorrión que, si no pasa del sigilo a la velocidad de una, se escapa a la mierda, es muy mi madre. Ojos extraviados. Primeros planos de la mosca que se posa en todos lados. Primeros planos de la Turner. Como un duelo. Hasta que la aplasta sobre un waffle y aflora sangre.
Esta escena es un constante dejà vu en mi casa. Si estás en mi casa y ves una mosca, salí corriendo, porque de cualquier rincón oscuro pude aparecer así de una mi madre y estamparte la paleta aplastamoscas en la geta para liquidar a una pobre criatura voladora que no tiene la culpa. Eso pasa siempre. Y la cara de loca desquiciada de mi madre a la hora de despanzurrar bichos voladores es famosa en el barrio. De esa cara pasa como si nada a otra de sus caras (no menos famosas), como la cara de relajada, de cansada, la cara de “recién me levanto de la siesta”, la de “qué hago de comer”, o la célebre cara de “te estoy tomando el pelo, me río de tus orejas, de tu peinado, de tu panza, de tu culo, etc”. De todas maneras, la cara de “recién me levanto de la siesta” es la que, por lejos, inspira más respeto.
En mi último cumpleaños, creo que un lunes, en algún momento mi padre comentó que los vecinos dormían para que bajásemos la música y las risas. Mi madre se sacó y empezó a cantar a los gritos “Me chupan un huevo los vecinos, me chupan un huevo” (ella en realidad no decía “huevo” sino “guevo”, que tiene más gracia). Eso me hizo acordar a las jodas telefónicas de Kathleen Turner a sus vecinos en Serial Mom que, en algún momento había que decirlo, es una película de John Waters de 1994. Mi madre, a diferencia de la Turner, no es una asesina serial. Aunque es sólo cuestión de tiempo.
Volvamos a la película. Hay una especie de ideal de familia a la vez que ideal comunitario en Serial Mom. Kathleen Turner asesina, por ejemplo, a la vieja que devuelve los videos sin rebobinar en el videoclub que atiende su hijo, al profesor de su hijo que se mete donde no le corresponde, a la vecina que no recicla la basura, al pretendiente de su hija que le pide que adelgace para salir con ella, etc. Waters, que en apariencia hace películas pelotudas, cuida mucho este tipo de detalles. En su última película, A dirty shame (Adictos al sexo), hay una especie de secta con distintas perversiones sexuales, sin embargo, todas ellas constituyen algún tipo de sexo seguro. En Serial Mom también se cuidan estos detalles, y los asesinados merecen morir por su desconsideración, su falta de respeto, su abuso de autoridad, su maltrato, etc. Todos males cotidianos y así también los asesinatos son realizados de manera cotidiana, como si nada, y con instrumentos cotidianos. Por ejemplo, a la vieja del videoclub la mata dándole en la cabeza con una pierna de lechón o algo así sacada recién del horno.
Pasa como en esta crítica en la que, para hablar bien de mi madre que es una genia, digo que podría ser una asesina serial. O como cuando a mi hermana le digo: “Estás gorda. Tu jean está aterrorizado”, ella entiende que le estoy diciendo: “Te quiero”. Lo mismo ocurre con la presentación de la familia de la Kathleen Turner.
Por otro lado, una inscipción en los títulos iniciales de la película indica esto: “this film is a true story. The screenplay is based on court testimony, sworn declaration and hundreds of interviews conducted by the film-makers. Some of the innocent characters names have been changed in the interest of a larger truth (…)” Es plausible pensar que este ideal de familia (mal explicado aquí) es la “larger truth” a la que se refiere Waters (con el pseudónimo de film-makers). De todas formas, es interesante el uso del “basada en hechos reales”. Desconozco el caso particular y cuánto hay de cierto en lo que cuenta la película, pero lo cierto es que exhibe un típico artificio camp, ya que el personaje está exageradísimo hasta la médula, es todo muy grotesquísimo, los asesinatos, el juicio (y sus argumentos estúpidos improvisados), etc. La forma en que se defiende es muy crazy, alocada. No parece haber nada verosímil en esta película. Ni en pedo parece estar basada en hechos reales. Odio las cosas basadas en hechos reales, por otro lado. Parecería que en esos casos lo único que importa es la supuesta transparencia. Quienes cuentan historias basadas en hechos reales generalmente se olvidan de contar una historia confiados en que con el hecho real ya está. Desconocen que la realidad no existe, que la inventamos y que el cine cuenta con la libertad de “crear” otra realidad que nos haga pensar en esta “realidad” que consideramos “real” aunque no es más “real” que la “realidad” del cine. Me fui al carajo. Sorry, diría mi madre. Tenemos, por ejemplo, esa verga de Televisión por la Identidad, ganadora de un Emmy y de áureos martines fierros. Vi un solo capítulo y me pareció una verga (en el mal sentido de verga, como “una cagada”; no en el buen sentido de verga, como “verga”). El malo se reviste con todos los males que puede tener una persona, se construye con los atributos de malo de telenovela mexicana y su casa es oscura. La familia biológica del pibe, en cambio, tiene todo lo bueno que se supone en una familia argentina, apelando al estúpido costumbrismo de la televisión que me tiene las bolas llenas. Y el encuentro con esta familia se constituye en una fiesta colorida. Y yo me quejo. Y la gente me dice constantemente: “pero el tipo es así, malo, es todo real”. “No me importa”, contesto siempre sin respiro, “como historia es una verga (una cagada, no una verga), mal contada, estúpida, con trazo gruesísimo, superficial. No le hace justicia a la profundidad del tema. Sorry, otra vez.
En Serial Mom, la inscripción de “basada en hechos reales” cumple otra función, en vistas a la “larger truth”, una verdad más verdad que la verdad de la realidad que no siempre es verdad.
Para terminar, hay que destacar otra constante en el cine de Waters, algo así como una pedorrísima hipótesis propia, lo que proponemos denominar “explotation de las actrices principales”. Basta con pensar en aquellas primeras películas protagonizadas por Divine (me refiero a Pink Flamingos y Female Trouble, que conforman la afamada trilogía trash junto con Desperates Living), en las que hace petear y comer caquita de perrito a su estrella (How match is that doggy in the window?). O en Cecil B. Demented, en la que le prende fuego el pelo a la mujer de Antonio Banderas y la hace tirarse de un techo. O en A Diry Shame, en la que la protagonista, en pleno baile de la botella, termina con la botella incrustada en un orificio corporal. En Serial Mom, por ejemplo, para distraer a un testigo de un asesinado durante su testimonio, Kathleen Turner abre y cierra las piernas compulsivamente con gesto ocseno. Pisa gente con el auto y dice muchas puteadas haciéndose la boluda. Muchas veces vemos grandes actores y actrices desaprovechados completamente. Waters, en cambio, exprime a sus actrices al máximo, y no sólo apreciamos a un personaje bien construido y actuado, sino también a una actriz “seria”, conocida, etc. haciendo guarradas, haciendo pavadas. Doble identidad: el personaje por ser personaje no deja de ser el actor encarnando a un personaje, el actor ridiculizado, como en Mars Attack! Doble juego.
A modo de conclusión, podríamos decir que el film de Waters que parece ser el más pelotudo de todos, en realidad no es menos complejo que el resto de su filmografía, pelotuda en primera instancia, pero muy elaborada, constituyendo efectivamente un complejo y certero proyecto creador. Podríamos decir eso, repito. Pero no lo vamos a hacer, porque no se nos canta la estructura del sentir. Como tampoco se nos canta mantener el singular o el plural de la primera persona, o acatar las represivas leyes gramaticales.

1 comentario:

  1. yo siempre te comento, vos no, vos nada, sos malo. te fuiste sin saludarme, no te leo nada mirá mirá...

    igual me gusta la peli, yo creo que trabaja el sindrome de hiperproteccion de las mamaes que matan gente en beneficio de sus hijos. y q es una de esas pelis re pelotudas pero divertidas con humor negro que podemos ver los ñoños que no tenemos por que consumir cine arte para ser cancheros. me gusta, una vieja violenta. todas las mamases o mamaes estan re locas. viste la cantidad de huevadas que se pueden decir de cualquier cosa? ojala nos paguen mañana, porq si les pagan a los de la estructura del sentir viste?

    igual no te quiero.
    me voy

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