domingo, 5 de junio de 2016

Una novela escrita con la punta de la chota. Capítulos catorce, quince y dieciséis.

Capítulo catorce.
Este es el capítulo catorce de esta novela que está escrita con la punta de la chota pero no literalmente, sino de otra forma, que tampoco es metáfora ni alegoría, pero que es con la punta de la chota. Me dicen los lectores y exégetas que en realidad esto no es una novela porque no hay una narración, porque no me encuentran la diégesis entre tanto palabrerío sin sentido. Y yo les digo que para διήγησις se miren las telenovelas de la tarde que tienen unas diégesis preciosas en donde, por ejemplo, uno se da cuenta que el muchacho que piensa que es el amante de su mujer en realidad es su hijo que ella regaló de bebé porque estaba loca porque él la dejó porque pensó que ella lo engañaba con su hermano de él. Eso es una διήγησις copada. Acá, lamentablemente, contamos la historia de Juan que no tiene tanta gracia, tanta diégesis. Es una historia gris, que tampoco es triste porque no llega ni a eso, pero es la historia de Juan, que vendría a ser el protagonista, que una vez se enamoró, eso dijimos antes, o varias veces o, quizá, todas las veces. Y es gris porque ese amor no fue correspondido y por eso también es triste, pero una tristeza mediocre, de todos los días. A veces sí fue correspondido, pero eso también es triste. Y también es mediocre. Pero es lo que tenemos. Puede ser que no tenga diégesis pero sí μίμησις πράξεως, porque lo que contamos es lo que le pasó a Juan. No le podemos pedir al pobre Juan, que es nuestro protagonista, que descubra que es hijo de otro, que es el marido de la que él piensa que lo quiere como amante pero en realidad es su madre que lo abandonó de bebé porque estaba loca porque su marido la dejó porque pensó que ella lo engañaba con su hermano de él de su marido. No le podemos pedir eso a Juan, que lo único que quiere es una buena poronga para saborear o, mejor, dos. Así que no me discutan la diégesis o la falta de la misma, porque acá decido yo porque el narrador soy yo y punto.

Capítulo quince.
Si resumimos, entonces, tenemos un amor que no fue, otro amor que no fue, uno que sí fue pero que es un poco triste, otro que también pero igual, capaz algunos más que no cuentan como amores. Voy a ir narrando en orden así no me discuten la diégesis. Esta es la historia de Juan. Amor 1: Hola, te presento a mi novia. Hola, hagamos un trío con mi novio que la tiene grande. Hola, cogete a tal que es tu amigo que es un forro, deforme, insoportable, feo, pero la tiene grande. Hola, cómo estás? Tanto tiempo. Fin del amor Nº 1.

Capítulo dieciséis.

Pensamos que mejor sería hacer un reboot y relanzar esta novela porque ya la historia del protagonista, que es Juan, tiene tantas aristas, le han metido tanta mano al pobre, que es muy difícil escribir su historia dándole coherencia. Por cierto que cohesión, mucho más. Por eso en esta novela renunciamos a la cohesión. Si quieren cohesión vayan a ver los programas de la tele en donde cohesionan todo con un así está el país etc. o vayan a estudiar lingüística que te enseñan unos conectores de los más finos, como, por ejemplo, no obstante o por un lado y por el otro, que van separados para indicar que una cosa pasa en un lado y otra en otro. Por ejemplo: a Juan, por un lado, le cogían el culo y, por el otro, la boca. No obstante, lo llenaron de leche al mismo tiempo por los dos lados. Aunque acá el no obstante está mal usado, pero lo importante no es el conector sino que eso pasó así. Por eso obtamos por la  μίμησις πράξεως y renunciamos a la cohesión y a la διήγησις, para no confundir a los lectores. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Recortar en la línea de puntos
..................................