sábado, 23 de noviembre de 2013

Metropolis

Metropolis (Fritz Lang, 1927)
Antes que nada, quiero dar mi profundo agradecimiento a aquellas personas sin cuyo constante y sostenido apoyo, intercambio, plática y generosidad esta crítica no hubiera sido posible. Quiero agradecer primero a mis mentoras, a Laura Ubfal, a Catalina Dlugui y a Susana Fontana.
A mi mamá y a mi papá, que me trajeron al mundo creyendo que iba a ser fácil. A mi hermana, que cuando éramos chicos me cagaba a palos para que me vaya acostumbrando a que la vida no es fácil. A mi sobrina, que tomó la posta de seguir cagándome literalmente a palos para que no me olvide. A mi abuela la buena y a mi abuela la mala, a mis tíos y primos, a mis tíos abuelos, a mis primos segundos y a mis parientes lejanos.
A mi gata Bambú, cuyos ronroneos y colgajos no dejan de enternecerme y preocuparme, respectivamente.
A todas aquellas personas que me dieron una palabra de apoyo cuando supieron que iba a escribir esta crítica. A Cris Perez que por twitter me intentó convencer de que lea más a Borges. A Laura Ubfal que por twitter me dijo besho. A Anamá Ferreira que me contestó gracias cuando yo le tuitié que ella era la más hermosa y la más inteligente de las personas en la fas de la tierra.
A quienes siempre confiaron en mí y hoy ya no están con nosotros sino que se fueron de gira. A mi perra Margarita, mi primer mascota que está enterrada abajo del nogal, a mi perro doberman Roco, que yace al lado de la antedicha. A mi hamster cuya muerte trágica a raíz del pucho que mi abuela apagó en su jaula de madera marcó mi vida. A mi otro hamster que me lo olvidé afuera en invierto. A mi cordero que me envenenó el vecino, a mi otro cordero que tuvimos que regalar porque se estaba descascarando todos los árboles. A un gato que tuve una vez que le gustaba echarse a la siesta atrás de las ruedas de los autos.
A quienes me sirven de ejemplo, de modelo, de prototipo, de molde para cupcake. A Susana que me alegra los lunes con ese divertido juego de las parejas. A Mirtha que me entristece los domingos con esos almuerzos a los que invita a gente ignota. A Jorgito Rial, a Polino, a Monti y a Roccasalvo, a Santiaguito del Moro, y a Angelito de Brito, sin cuyos aportes yo no tendría tardes felices.
A quienes me han acompañado de cerca y sin perderme pisada en este recorrido de escritura de esta entrada de blog que también es un trayecto de vida. A Yonathanga (a.k.a.: Jonathan Agassi), a Jean Franko, a Marcel Schlutt, a Johnny Hazzard, a Tommy Defendi, a Dale Cooper, a Colby Keller, a Anthony Romero, a Krys Perez, a Jake Bass, a Kevin Warhol, a Will Helm, a François Sagat, Lukas Ridgeston, Michael Lucas, Tim Kruger, Brent Corrigan, Brent Everett, Josh Long, Johnny Rapid, Jimmy Fanz, James Jamesson, Max Ryder, Andre Boleyn, Dolph Lambert, Gino Mosca, Adam Archuleta, Tony Milan, Trevor Yates, Rafael Alencar, D.O., Milo y Elijah Peters, Harry Louis, Matt Hughes, Damien Crosse, Pierre Fitch, Peto Coast, Daniel Marvin, Grabriel Clark, Logan McCree, Milan Gamiani, Jesse Santana, Adrian Long, Lucio Saints, Edji Da Silva, Vito Gallo, Jason Crew, Ben Andrews, Christian Wilde, Rafael Alencar, Sebastian Young, Tommy Hansen, Tommy Lima, Draven Torres, Johnny Venture, Issac Jones y Donny Wright, entre tantos otros.
Por último, le quiero agradecer a Fritz Lang por esta preciosa película Metrópolis que inspiró esta entrada de blog. Muy linda tu peli, Fritz, lo único que la próxima tratá de guardarla entera porque a esta le faltan algunas partes. De todas formas, qué otro puntaje te puedo poner más que cinco atilios, Fritz, un clásico. Seguí así y nunca cambies. Te queremos mucho, Fritz.

2 comentarios:

  1. MI gata Bambú, hago un desmayo.
    quiero que quede asentado que ALGUIEN se dió cuenta de ese detalle.
    jajajajajajajajja me hiciste reir boludo sos lo mas!!!!! jajajajajaj te quiero Atilioooooo

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  2. jejejejeje,gracias, qué bueno que te cause gracia, es mi único propósito en la vidaaaaa, la pobrecita Bambú alguien avísele que en el fondo un poquito la quiero, muy en el fondo, de a ratos, no la odeo tanto, la gata champú, pobrecita, que hace semanas que no sale de su cajita

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