Por Gladyc, une vieille pute.
Viene de acá (parte 2)
“Le temps d'appendre à vivre/Il est déjà trop tard” Louis Aragon (1946).
¿Vieron que esta crítica mientras más larga se vuelve más placentera? Al principio cuesta leerla y puede resultar un poco molesta y pensás que no la vas a poder aguantar y te duele pero de a poco te vas acostumbrando, te vas dejando llevar y te empieza a gustar cada vez más, cada vez más y querés que siga cada vez más cada vez más hasta gozarla tanto que no querés que se termine nunca esta nota, ¿o no?
Ya vamos llegando al final, al climax. No se impacienten, vayamos despacio para disfrutarlo mejor, así que ahora vuelvo a la poronga del discurso y destaco dos escenas: Una, en la que la abuela que es Danielle Darrieux confiesa que mató a su marido, el padre de Catherine Deneuve y Isabelle Huppert que son hermanas porque él era muy perfecto y no podía soportarlo y entonces Catherine Deneuve entra con su chal o estola o lo que sea re diva y, sin desenroscarse del chal o estola de pieles de animales asesinados sanguinariamente que comercializa la empresa greenpeace, le da un botellazo en la cabeza y la mete en el armario como si nada. Mis Cordillerita destaca aquí los distintos registros en las actuaciones de la vieja, re paródica, de Isabelle Huppert, más trágica y dramática, y de Catherine Deneuve, que ya se va a la mierda de tan grotesca la hija de puta.
Dos, cuando la escena lésbica propiamente dicha entre Catherine Deneuve y Fanny Ardant que comienza con una pelea y forcejeo con plano a la pelea de piernas y seguido de un toqueteo y cachondeo a la vez que se regodean en la adhesión de busto con busto sobre el suelo y en zapatos de tacón. Ya está. Lo comento rápido para evitar la eyaculación precoz que acaecería a raíz de descripciones lésbicas. Ya está.
Por último, hay que acentuar el valor del encierro y las ventanas en las obras de Ozon. EnGouttes d'eau sur pierres brûlantes (¡y disculpen por última vez mi espantosa pronunciación del indoeuropeo!), la película termina con la mina (la travesti) mirando por la ventana, tomada desde afuera. En Ocho femmes, la cámara también toma desde afuera las ventanas, principalmente en las canciones. Las escenas iniciales son exteriores, el resto de la película es en interiores, generando “una sensación de encierro de la puta madre que lo parió”, como afirmaran los críticos académicos.
En fin, vamos a ir terminado porque esto ya me hincha las bolas. Y voy a terminar con una cita, como quien dice “me cansé de hablar al pedo” Ahí va la cita como cierre, al pie de la letra, cual Inca Gracilazo, que es la que sigue. Dice así, a saber:
“De entre todas las películas de Alfred Hitchcock, el cinéfilo perverso John Waters dice preferir La Soga, por un detalle supuestamente lateral: la alta ventana del departamento del único decorado de esa película es falsa, y prefiere una vista falsa a una verdadera. Esa ventana es la mejor definición del cine: la realidad fingida como trampa para el ojo, la pantalla plana con ilusión de tridimensionalidad, el triunfo de la simulación, el decorado reemplaza victorioso al mundo.” (Trerotola, EA #207, p14.)
Y así, después de la ardua lectura de esta nota, nos encendemos un cigarrillo que fumaremos con nuestra boquilla de diva arrojada sobre un piano de cola para volver a preguntarnos, al final de esta nota, que es igual al comienzo, si acaso hablamos de Ozon para no referirnos otra vez a Waters, de quien la crítica más cinéfila, en un sutilísimo e impecable análisis de su obra, con la extremada elegancia que la caracteriza, suele afirmar: "Waters es un forro hijo de mil putas, asqueroso de mierda que en una película hace que coman caquita de perro, ¡es un enfermo, que habría que meterlo preso, junto a los putos y a las madres solteras, conchasumadre!"
c'est fini
El tet-a-tet de Fanny Ardant y Catherine Deneuve es lo más de lo más.
ResponderEliminar