viernes, 25 de febrero de 2011

La columna de Poronga Giménez

Todo el tiempo me paran en la calle y me preguntan: “Poronga, ¿cómo hacé pa está siempre tan vigente y seguir siento ojeto de deseo de lo hombre a tu edad y a pesar de tu cadera rota toda hecha poronga, Poronga?” Yo siempre contesto lo mismo: chicas, en la vida no todo se soluciona con petes y hay cosas más importantes que la elasticidad anal. Pero no hay caso. Siempre vuelven a preguntarme, al cruzarme por la calle, después de atravesarme el auto en mi camino y apuntarme con un rifle de caza: “Poronga, ¿cómo es ser una estrella de televisión y poder encamarse conquienquieras?”

Ayer recibí una carta:

Querida Poronga:

Estoy casada desde hace más de diez años y empecé a tener problemas sexuales con mi marido. Resulta que a mí me excita sobremanera la pija enmierdada pero a mi marido le da asco mi mierda. Por favor respóndeme que estoy desesperada, Poronga, ya no sé qué hacer. Muy bueno tu programa.

Marta de Parque Chacabuco.

Estimada Marta: ya estoy cansada de decirlo, no todo se resuelve con petes. Aunque en este caso lo que te conviene hacer es enmierdar la pija de tu marido con la caca de él y después petear la pija enmierdada para que se dé cuenta que no tiene nada de malo. Hay un jueguito erótico que yo siempre recomiendo: le enmierdás la pija con su caca y después con la tuya, después peteás y cuando tenés toda la boca marroncita lo besás apasionadamente. Es el consejo que siempre doy y ya ha salvado a más de un matrimonio, Marta. Probalo.

Bueno, eso es todo por hoy. Nos vemos la semana que viene chicas en otra de mis apasionantes columnas.

Y recuerden: como te ven te tratan y si te ven enmierdada, te-en-chas-trán, hmm, qué rico.

¡Bye bye!

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